martes, 6 de agosto de 2013

FMI reconoce el error en la estrategia propuesta para España




Tradicionalmente, los costes laborales han sido indicadores muy utilizados entre otros para examinar la competitividad de los países vía costes y su capacidad de crecimiento y de creación de puestos de trabajo.

Ahora bien, los costes laborales que se suelen examinar para la competitividad suelen ser los sueldos brutos, bastante más altos que los salarios netos.

Hoy, por ejemplo, un empresario medio en España tiene que pagar unos 7.700 euros extra sobre un salario de 23.000 euros (un 34% aproximadamente del salario bruto) en distintos costes laborales como la Seguridad Social. Y este coste según los casos puede llegar a ser claramente superior.

Estas cifras sitúan a nuestro país en el sexto puesto del mundo con mayores cargas laborales para los empresarios por trabajador, por encima de la media europea, situada en 6.200 euros (27% del salario bruto). Lo cual a priori ya de por sí parece descabellado a tenor del desempleo existente (que después del de Grecia es el mayor de la UEM) y que ello desincentiva la creación de trabajo.


Así, en España existe la gran paradoja que existen salarios netos relativamente bajos a nivel europeo y los salarios brutos quizás altos para ser competitivos y ello conlleva los siguientes efectos negativos:

1. Menor capacidad adquisitiva de los consumidores y por tanto menor consumo

2. Menor competitividad vía costes de nuestros productos

3. Menor capacidad de contratar y por tanto menor empleo



Recientemente, para apoyar la creación de empleo, el FMI ha aconsejado a España realizar las siguientes políticas:

a)   Gran acuerdo con los agentes sociales para reducir un 10% los salarios nominales en 2 años

b)   Reducir un 1,66% las cotizaciones a la seguridad social de las empresas

c)   Subida dos años más tarde del IVA efectivo, más mediante la generalización del IVA normal que subiendo el IVA máximo

Según el FMI, se lograría con ello:

- Reducción del salario real y una depreciación interna del 5% en 3 años, consiguiendo aumentar de forma relevante las exportaciones y disminuir las importaciones.

- Un pacto social creíble podría tener un impacto positivo en la inversión, derivado de los menores costes laborales y las mejoras de las previsiones económicas.

- El PIB sería hasta 2017 un 5% superior con estas políticas

- El déficit fiscal aumentaría al principio pero, al aumentar la actividad económica y generalizar el IVA normal, la deuda pública sería menor después que en el escenario actual.

- El empleo estaría en 2017 un 7% por encima del actual escenario esperado

- A partir del segundo año de reducir las cotizaciones sociales, ya empezaría a haber un aumento del empleo, que junto con una menor inflación, conllevaría un aumento del consumo considerable. 


A la luz de la propuesta realizada, primero de todo creo que se debe destacar que es positivo que el FMI haya empezado a matizar las políticas oficiales que se han manejado en los grandes organismos mundiales sobre España:

Hasta el momento, se ha manejado la idea que una devaluación interna vía salarios (fuese del nivel que fuese) sería suficiente para solventar los desequilibrios existentes en la economía española. Hoy, ya se ha constatado que esta única vía ha fracasado (al debilitar la devaluación interna de salarios demasiado el consumo y tener efectos demasiado negativos para nuestra economía).

Por tanto, el FMI ya reconoce este hecho hoy al aconsejar repartir los costes, parte entre asalariados y parte entre el sector público (al ingresar menos inicialmente) en lugar de hacer recaer todo el peso en los asalariados, como se había dicho hasta ahora.

Seguramente, habrá quien diga que porqué se libera de este coste al empresario si éste puede aprovechar el cambio sólo para engrosar beneficios. Quizás pueda existir alguna razón en ello. Pero también es cierto que con esta bajada de las cotizaciones sociales los productos españoles serán más competitivos sin tener que bajar salarios a los trabajadores de la forma como se querían hacer bajar hasta el momento y que las cotizaciones sociales demasiado altas pueden ser plenamente plenamente desincentivadoras para la creación de nuevos puestos de trabajo (su bajada puede proporcionar más empleo).


Ahora bien, a la vista del estudio del FMI, me pregunto,

¿ No deberíamos realizar una devaluación de salarios mucho menor si disminuyésemos de forma mucho más contundente las cotizaciones sociales de las empresas (por ejemplo, algo menos que la media que la UE, dado nuestro mucho mayor paro) ?

¿ Es justo que los salarios netos en España respecto a la UEM sean bajos y la fiscalidad indirecta tan elevada relativamente (en función de salarios) ?

¿ Es justo que tengamos las cotizaciones sociales de las empresas de las más elevadas de Europa, siendo el país con más desempleo después de Grecia ? (afectan al consumo y empleo !!)

¿ No es posible argumentar todo esto a nivel europeo y en los organismos internacionales ?

¿ No sería mejor apostar por realizar actividades diferentes, mejores, innovadoras, generadoras de valor,... en lugar de sólo competir en costes (a nivel mundial existen muchísimos países con muchísimos menores costes que nosotros y a muy, muy largo plazo ésta podría no ser una relevante fuente de ventajas competitivas) ?


La reducción de las cotizaciones sociales de las empresas tiene efectos positivos:

- Aumenta la competitividad de los productos españoles

- Devalúa internamente nuestra economía ...

- Aumenta las exportaciones

- Disminuye las necesidades de financiación externa

- Aumenta el empleo

- Aumenta el consumo a medio plazo

y no tiene los efectos indeseados que sí tiene la reducción de salarios (menos consumo, más insolvencias de empresas, menos empleo, menos ingresos públicos,...)


Así pues, según mi opinión, tenemos que reestructurar nuestro sistema fiscal de forma que aumente actividad, empleo, consumo,... y además se reduzcan las desigualdades sociales (que han aumentado dramáticamente en los últimos años). Y eso pasa por:

1. Reducir impuestos indirectos (buscando generar más actividad, más empleo y menos desigualdades sociales): reducir los impuestos indirectos de subactividades más específicas y con más detalle, teniendo en cuenta el máximo impacto fiscal posible y la compatibilidad con el proceso de consolidación fiscal europeo

2. Aplicación de un impuesto extraordinario y puntual sobre las grandes fortunas (1% de la población) para poder promover el crecimiento y el empleo

3. Eliminación de deducciones en el impuesto de sociedades, sobretodo en el caso de las grandes empresas.

4. Disminución de las cotizaciones sociales que pagan las empresas, mucho más relevante que la aconsejada por el FMI, potenciando así la creación de empleo al tener un menor coste total por empleo creado.



Sé que mi opinión en cuanto a la tributación a las personas va en contra de lo que dicen los diferentes Servicios de Estudios de este país (apuestan más por una reducción del IRPF y no por una reducción del IVA) pero creo que es mejor una reducción de los impuestos indirectos porque no son redistributivos (necesitamos que más consumidores puedan consumir más).

No me da miedo equivocarme al proponer soluciones alternativas a las de los diferentes Servicios de Estudios: ya en 2008 supieron diagnosticar correctamente los problemas de la economía española (endeudamiento de familias, empresas y Estado a finales de 2007 era del 234% del PIB) pero no las soluciones (con éstas, hoy este endeudamiento es del 272% del PIB,  la situación se ha deteriorado muchísimo, en términos de empleo, actividad,... y la deuda se ha socializado).