La Comisión Europea ha denunciado recientemente
que la integración del Mercado Único realizada hasta el momento no es
satisfactoria.
En concreto, ha señalado que en:
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Integración en Bienes: El comercio
entre los países de la UE ha pasado de representar un 17% del PIB en 1999
europeo a sólo el 22% en 2011. De hecho, la integración es incluso mayor con terceros países (por el efecto
positivo de la globalización para los países emergentes) que entre los países europeos.
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Integración en Servicios: Este sector, que representa el 70% de la economía
europea, tiene un nivel de integración
incluso menor que el de bienes, derivado de la existencia todavía de
barreras comerciales.
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Integración en el Capital: Hasta 2007 existió un considerable aumento de la
inversión intracomunitaria. El colapso financiero de 2008, provocó pero un
decrecimiento alarmante, del cual apenas se ha recuperado. Similares
conclusiones se pueden extraer de la evolución del sistema financiero, sujeta a
procesos de reestructuración nacional.
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Integración en el mercado laboral: La movilidad laboral en Europa es mucho menor que
su potencial. Los ciudadanos europeos que trabajan en otro país miembro sólo
representan un 3,1% del total de la fuerza laboral, y su crecimiento es de sólo
un 0,1% anual. Y ello se produce en una Europa donde el 28% de sus ciudadanos están
dispuestos a trabajar en otro país. Además, aunque más del 50% de los europeos
no cambiaría de país por cuestiones lingüísticas o familiares, parece cierto
que existen elevados obstáculos a la movilidad (reconocimiento de estudios,
seguridad social diferente, barreras administrativas varias, pensiones e
impuestos diferentes, falta de conocimiento de derechos y obligaciones de los
trabajadores,...).
Precisamente por el paupérrimo éxito de la
integración alcanzado hasta el momento y por la extensión de la tarea pendiente
a realizar, la Comisión Europea ha
considerado necesario priorizar
y dedicar los esfuerzos en mejorar en
las áreas donde el potencial del mercado único es mayor. Esto es, en servicios,
transporte, mercado digital y energía.
En relación a los servicios, la Comisión Europea considera que los Estados Miembro
deben hacer compatible la legislación nacional con las directivas europeas de
servicios (sobretodo en cuanto a las obligaciones).
Por importancia en el PIB, identifica como prioritarios los siguientes servicios:
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Servicios empresariales: donde existe una excesiva regulación sobre las
diversas formas societarias y de propiedad del capital, lo cual debe ser tratado.
Se deben además revisar las cláusulas existentes que no permiten la libertad
intracomunitaria de proveer servicios empresariales (esto aplica también en
turismo).
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Comercio retail y mayorista: Se deben eliminar barreras comerciales legislativas nacionales todavía existentes y
restricciones operacionales: en el comercio retail, todavía hoy existen
restricciones para poder vender sus productos a los mejores precios en Europa,
lo cual conviene rectificarlo.
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Construcción: Se debe trabajar en el reconocimiento intracomunitario de
autorizaciones, certificaciones de expertos (por ejemplo en el área
medioambiental: certificaciones eficiencia energética,...). También se deben
revisar diversas cláusulas para el fomento de la libertad intracomunitaria para
proveer estos servicios.
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Contratación pública de los servicios (que representan el 42% del total de contrataciones
públicas, siendo el total el 3,7% del PIB europeo): se realiza en su mayoría a
nivel nacional, siendo la contratación pública de servicios intracomunitaria
sólo el 3,5% del total. En los países del sur, existen además problemas de pago
que dificultan la integración de la contratación pública de servicios (por ello
se debe acabar de implementar lo más rápido posible la Directiva de Pagos
Atrasados que introduce la obligatoriedad de pago en 30 días). Se dictamina que
se deben mejorar los Contratos Únicos con las administraciones públicas de
forma que sean accesibles por Internet, fáciles de utilizar, que cubran todos los
procedimientos y casuísticas aplicables siendo multilingüisticos.
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Servicios financieros: Es el mercado que peor evolución ha tenido derivado de la diferencia
de condiciones y comisiones ofrecidas entre los bancos de los diferentes países
y de la falta de información a los consumidores, lo cual debería ser solucionado.
En relación a la energía, es necesario comentar primero que es un mercado muy
importante porque está en la base de costes de todos los insumos y productos,
con lo que su evolución afecta muchísimo a la competitividad y capacidad de
crecimiento de los diferentes países.
La integración en la energía ha sido escasa y ello se percibe por:
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Existe una falta de transparencia y de apertura a nuevos entrantes. Se recomienda seguir la implementación
nacional de la directiva existente para la apertura de los mercados del gas y
electricidad en Europa, en beneficio de consumidores y empresas. Se destaca,
entre otras medidas, la conveniencia de la separación de las operaciones de
generación y comercialización de las redes de transmisión.
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Poca convergencia en los precios de la energía y gas en la UE por:
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Existencia de precios regulados: que suelen estar fijados en un nivel inferior a los
de mercado, lo cual debe ser compensado a las compañías con tarifas pero cuyo
coste final lo están sufragando los consumidores. Además, los precios regulados
desincentivan el impulso de las energías más eficientes.
§
Falta de diversidad en la oferta
§
Interconexiones intracomunitarias muy limitadas
§
Diferencias en los costes de las redes
§
Diferencias impositivas y salariales
La Comisión
Europea considera prioritario mejorar la integración y buen funcionamiento de
los mercados energéticos. Para ello establece que se busquen soluciones
transfronterizas (inversión, generación, consumo,…) para evitar las
consecuencias negativas de la fragmentación, que se permita a los consumidores que
puedan tener acceso a las diferentes opciones existentes, que se incrementen
los incentivos para un comportamiento de los consumidores más eficiente
energéticamente y que gradualmente se vayan dejando los precios regulados para que
pueda aumentar la competencia y la protección a los consumidores.
En relación al transporte, también
conviene comentar su importancia por su propio tamaño y porque sirve a los
otros sectores de la economía. Incide pues directamente en el crecimiento y
productividad potencial de los países europeos.
Para proveer un
verdadero mercado único en transporte, la Comisión considera necesario realizar
las siguientes políticas:
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Garantizar un servicio de transporte rápido y de calidad
en carreteras, red de ferrocarriles y seguridad marítima.
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Abrir a la competencia los servicios de transporte
ferroviarios de pasajeros nacionales, garantizando acceso en condiciones iguales a las infraestructuras
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Quitar las barreras de entrada en los servicios
portuarios, especialmente en el Mediterráneo,
Mar Negro y Báltico
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Acelerar la
implementación de un único espacio aéreo
europeo para mejorar la seguridad, capacidad, eficiencia e impacto
medioambiental de la aviación
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Permitir más oportunidades en el cabotaje (transporte
marítimo, fluvial, terrestre y aéreo de personas, mercancías y equipajes
nacionales o nacionalizados, entre diversos lugares del territorio de un país por
vehículos registrados en otro país)
En relación al mercado
digital e Internet,
es importante destacar que es una potente plataforma para el crecimiento futuro de las diferentes
economías nacionales.
En
este sector la tarea a realizar es muy amplia. Por ello la Comisión Europea
aconseja priorizar en:
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El desarrollo de las redes fijas e
inalámbricas y la mejora de su calidad mediante incentivos ya sea
regulatorios como de apoyo público
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Aplicar la directiva de E-Commerce. En concreto,
se deben aplicar reglas sobre transparencia, requisitos de información y
contratos electrónicos con el objetivo de reestablecer la seguridad legal para
consumidores y empresas
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Incrementar los servicios online públicos de forma más
intuitiva y fácil, incluyendo conexiones, accesos e infraestructuras
intracomunitarias y la introducción o impulso de los servicios de salud online
(para hacerlos más eficientes)
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Invertir en formación y en la adopción de un marco de Competencia Digital que
permita garantizar una suficiente cualificación de los trabajadores en las
modernas prácticas empresariales
En paralelo a todo ello, también la Comisión Europea
considera importante el mejorar el funcionamiento del mercado interno
industrial, identificando diferencias y barreras que bloquean la libre
circulación de mercancías e impulsar la calidad y eficiencia.
Según mi opinión,
es importante poner en contexto esta necesidad de un fuerte impulso del Mercado
Único Europeo que comenta la Comisión.
La Unión Económica y Monetaria se diseñó en su
momento con el objetivo de que al final fuese un área monetaria óptima y que
tuviera los beneficios de la coincidencia entre un área comercial y un área
monetaria.
Según la teoría de Robert A. Mundell, para que se dé
un área monetaria óptima debe
suceder que exista:
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Elevada apertura comercial entre los países de la zona.
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Elevada movilidad de factores (capital y trabajo), capaz de responder a las perturbaciones asimétricas entre los países
dentro de la zona (por ejemplo, en un área monetaria óptima, la fuerza de
trabajo se desplaza de las regiones más castigadas por el desempleo hacia las
que tienen un menor desempleo) (otro ejemplo, las empresas invierten a escala
europea donde mayores probabilidades tienen para ser más competitivas, pudiendo
así ofrecer a los consumidores europeos mayor variedad de productos más baratos
y de mayor calidad). La unión bancaria también contribuye al flujo del capital
donde más se necesita y donde existen más posibilidades.
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Alto grado de diversificación que minimice la posibilidad de shocks asimétricos.
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La existencia de
un poder fiscal (federalismo fiscal)
para hacer frente a dichos shocks asimétricos.
Dada la importancia de la libre circulación de personas, bienes,
servicios y capital para poder dar respuesta a los shocks asimétricos citados, es pues necesario un fuerte impulso del
Mercado Único.
Estamos en una situación en la que o se profundiza de forma
contundente en esa área monetaria óptima o se deja de instrumentar el proceso
de integración europeo. El no dar pasos de gigante en esa dirección, implica y
puede implicar en el futuro serias dudas acerca de la capacidad de la economía
europea de salir de esta crisis institucional, económica y financiera.
Hasta hace poco se advertían problemas derivados de los
shocks asimétricos en la periferia euro, pero hoy esas complicaciones amenazan
el corazón de la UEM. Y ya se sabe que, cuando a un ente vivo le falla el
corazón, puede morir.
Después de este estudio de la Comisión Europea, parece evidente pues que la
tarea a realizar es amplísima: no sólo se trata de realizar una Unión
Política, Fiscal y Bancaria, sino también de profundizar en aquellos aspectos
que ya hace años que en teoría deberían estar implementados totalmente y que no
lo están a nivel sectorial, particular,...
La tarea a realizar es ardua y ya empieza a ser hora de que los
dirigentes políticos europeos tomen consciencia de TODO lo que todavía está por hacer, que es MUCHO. Deben hacerlo con la mayor rapidez y profundidad posible.